Te envío por escrito mi experiencia con el cacao y la música sagrada. ¡Gracias de nuevo a ti y a Ángeles por haberme facilitado esta maravillosa vivencia!
Lo que experimenté aquel día jamás lo hubiera ni si quiera imaginado. Yo pensaba que sería una sesión más bien de relajación y que en caso de que me hiciera efecto tendría un bonito viaje.
Mi cuerpo poco a poco empezó a responder a la música como si empezará a entrar en un trance. Me sorprendí, me emocioné y esperé a ver que me iba a ocurrir. Yo deseaba viajar y ver otras cosas. Sin embargo lo que me apareció fue un ser de luz que me dijo que esa sesión no iba a ser para viajar sino para sanar. Fue una sorpresa increíble ...
Me dijo que iba a estar completamente consciente de mi cuerpo. Que debía escucharlo. Y me dejé llevar a la nueva experiencia.
Mi cuerpo empezó a temblar y a tener pequeñas convulsiones al ritmo de la música. Mi respiración cambió bruscamente. Empecé a hiperventilar y después hice respiraciones largas y profundas. Al rato volvía un periodo intenso de respiraciones cortas y rápidas. Me quedé fascinada. Era mi cuerpo el que sabía de qué forma debía respirar!! Yo sólo observaba lo que hacía mi cuerpo como si fuera un espectador.
Llegué al lugar que debía sanar: "Un gran bloqueo en el centro del pecho". Con el ritmo de la música y los tambores note cómo la vibración de la música golpeaba justo en ese punto con fuerza. Yo me retorcia y notaba el golpe. Pero era un golpe de luz, un golpe de amor. Y mis emociones se liberaron y lloré todo lo que tenía acumulado en mi cuerpo y que no di permiso a que saliera.
Así segui unos 15 minutos, retorciéndome, llorando y sintiendo un gran alivio al mismo tiempo. Notaba cómo poco a poco se iba abriendo y liberando el centro de mi pecho.