De alguna forma el tiro con arco expande el espíritu. La tensión positiva del vínculo generado con el blanco nutre e irradia desde las esferas y la propia fuerza del gesto, de la postura.
Bajo todas las formas técnicas late un solo estilo, un solo arquetipo, una arquería universal. Lo que se trata en suma, es de ampliar la mayor esfera, de expandir la sensación de tiro sin perder las cualidades de nuestro estilo y en la comprensión de los demás. Conscientes de que a la postre, no es sino una vía técnica para propiciar lo importante. Lo importante es accesible a todos y es universal.
Todas las esferas están presentes en el arquero, cualquiera que sea su estilo, simplemente ha puesto mayor atención en una de ellas en función del tipo de arco, tracción y suelta. De hecho habrían de utilizarse todas dibujando una espiral introspectiva.
Las esferas permiten integrar como un todo coherente una gran cantidad de matices, simplificando el gesto.