Dios en el laboratorio: La historia de Stanislav Grof
La más bella emoción que podemos experimentar es la mística. Es la fuente de todo arte y ciencia verdadera. Aquel ajeno a esta emoción está muerto.
ALBERT EINSTEIN.
Mi historia personal y profesional no es muy usual, ya que fueron mi investigación científica y las observaciones diarias en mi trabajo clínico y de laboratorio las que socavaron la visión ateísta que tenía del mundo y atrajeron mi atención hacia los dominios espirituales.
Mi caso no es el único, ya que otros científicos han llegado a una comprensión mística del universo y a una espiritualidad cósmica a través de su investigación. Sin embargo, es mucho más común que se dé exactamente lo opuesto: personas que en su niñez han recibido una educación religiosa muy estricta encuentran insostenible una visión espiritual del mundo cuando tienen acceso a la información que la ciencia occidental ha obtenido.